MEMORANDO

Algunos llaman a Colombia país desmemoriado, para que no exista ningún motivo para que se nos de ese calificativo, acá ponemos algunos videos que nos pueden hacer recordar lo que ha pasado, para no olvidarlo, aprender de esto y no seguir Derecho.  
LA UP LA UNIÓN PATRIOCA . . . LA UNIÓN PERDIDA

Nos topamos con este documental que da luces sobre por qué la desconfianza reina entre los actores armados, por qué los procesos de paz han fracasado para eliminar por compleno la guerra y por qué el miedo está presente cuando se piensa en opocición al gobierno de turno.

El Salado, diez años después

Colombia, un país Salado



El Salado es una aldea bicentenaria ubicada en los Montes de María. A 18 kilómetros se halla Carmen de Bolívar, que inspiró el famoso porro a su más dilecto hijo, el compositor Lucho Bermúdez. En otras épocas, El Salado fue un pueblo próspero, conocido como "la capital tabacalera de la Costa" y célebre por sus hortalizas. Hace 20 años contaba con grandes depósitos, buenos servicios públicos y de salud, colegio de bachillerato y 33 tiendas.

Ahora es famoso como escenario de una de las más crueles masacres de nuestra historia. Hoy hace diez años terminó una orgía de sangre que había empezado el 16 de febrero del 2000 en algunas veredas vecinas y que a partir del 17 se instaló en las calles de El Salado. Durante más de 70 horas, tres grupos paramilitares montaron en el pueblo una máquina de muerte sin que los molestara autoridad alguna. Habían mantenido combates previos con la guerrilla, que acabó huyendo, y entonces cayeron sobre la población civil.

El informe del Grupo de Memoria Histórica sobre estos crímenes (La masacre de El Salado: esa guerra no era nuestra, ediciones Taurus-Semana, 2009) afirma que la primera tropa, compuesta por infantes de marina, apareció el 19 a las 5 p.m., "tres días después de que la masacre había comenzado, y lo hizo sólo por tierra, sin que hubiera apoyo aéreo, cuando dos helicópteros paramilitares sobrevolaron el territorio de la masacre durante por lo menos tres días". Mientras 450 hombres de Salvatore Mancuso, 'Jorge 40' y Carlos Castaño cometían toda suerte de atrocidades en El Salado, la Brigada de Infantes de Marina andaba buscando guerrilleros y abigeos en otras zonas. Según la Procuraduría, policías y militares "omitieron el cumplimiento de sus funciones".

La de El Salado fue una masacre anunciada. Dos meses antes, un helicóptero lanzó sobre la aldea volantes donde advertía a sus habitantes que comieran, bebieran y celebraran el Año Nuevo porque les quedaban pocos días. Desde hacía años el pueblo era víctima de despiadados ataques y extorsiones de la guerrilla, y ahora se sumaban las amenazas de las autodefensas por supuesta complicidad con las Farc. Pocos habitantes pensaron que iban a cumplirse. Pero en el curso de cuatro días los paramilitares asesinaron a 61 ciudadanos, entre ellos tres menores de 18 años y diez ancianos.

Por respeto a los lectores dominicales me abstengo de describir las crueldades cometidas: desde mujeres empaladas por la vagina hasta varones degollados a cuchillo. Al final, 4.000 personas abandonaron el corregimiento y quedaron solo unos cientos en lo que era ya un pueblo fantasma. Así empezó la interminable historia de los desplazados por la violencia en Bolívar. Muchos acabaron mendigando en las esquinas de las ciudades costeñas.

En los juicios por la matanza fueron condenados 15 paramilitares -ninguno de ellos de importancia jerárquica- y sancionados disciplinariamente cuatro oficiales de infantería de marina.

Hace algunos años, numerosos desplazados decidieron regresar a El Salado. Contaron y cuentan para ello con el apoyo generoso de varias fundaciones, ONG, autoridades y empresas privadas. Pero al volver descubrieron que las tierras de la región que les daban de comer habían sufrido una reforma agraria al revés: grandes inversionistas las controlan y la hectárea que valía 300.000 pesos hoy cuesta diez veces más.

El caso de El Salado resulta dramático, y lo es aún más por ser metáfora de lo que sucede en Colombia. Cientos de miles de ciudadanos inocentes caen en medio de la guerra entre las fuerzas enfrentadas y en ocasiones ni siquiera cuentan con la protección de las autoridades. La Justicia posterior es lenta y mezquina. Y alguien se está enriqueciendo con esta guerra. La reconstrucción de El Salado podría ser una nota de optimismo en un panorama deprimente.

Desde hace varios años, el autor del texto recibe comentarios a su columna en [email protected]

Daniel Samper Pizano
Tomado de http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/danielsamperpizano/colombia-un-pais-salado_7295097-1